Durante mucho tiempo se ha dicho que “todos los hombres son iguales”, “todos son cortados por la misma tijera”, “todos son unos perros”. Tendría que investigar desde cuando comenzaron a meterse en nuestro sistema de creencia estas ideas. El tema es que ante la evidencia comprobada de que realmente muchos hombres actúan de una manera similar, llámese, montando cachos, teniendo la cara seria en el hogar y la retaguardia rochelera en la calle, muchas mujeres decidieron entonces optar por actuar igual. Algo así como un diente por diente. Entonces ahora, también conocemos de cantidad de hombres que se quejan de los cachos, o de ser “utilizados” por las mujeres. Como si las mujeres hubieran decidido, quizás colectivamente, defenderse de los dolores siendo ellas las primeras que tiran la piedra. Tanto que nos quejamos de la infidelidad y en vez de hacer que disminuya entonces nos proponemos a que aumente de dos maneras (entre otras). Por una parte, algunas salen con hombres que tienen ya un compromiso emocional con otra mujer, por la otra, algunas salen con dos hombres a la vez (o tres), o sólo salen con ellos para relaciones ocasionales. Una defensa total al daño emocional.
Entonces esa actitud me hace recordar ese dicho que precisamente se usa para referirse a los hombres, que dice que “entre bomberos no se pisan la manguera”. Realmente no es idea mía, lo leí de una feminista, Lagarde (después verificaré datos bibliográficos), quien recomienda que para disminuir la infidelidad en los hombres lo primero que deberíamos es ser solidarias entre nosotras mismas. Algo así como el caso de los vendedores de cosas robadas. Si el cliente que sabe que un artículo es robado decide no comprarlo, simplemente el negocio se cae. Pienso que lo mismo propone esta feminista. Que tumbemos el “negocio” de la infidelidad. Por una parte, siendo fieles, independientemente de que Pedro, Juan, Manuel sean infieles. Por la otra, decidiendo no ser parte de relaciones de infidelidad. Si a mí no me gusta que me engañen, ¿Por qué hacerle el camino fácil al hombre para que logre ser infiel? ¿Y al mismo tiempo echarle el vainón a otra mujer?. Si no hay mujeres que apoyen la infidelidad, ¿Con quién serán infieles los hombres? La pregunta da para muchas respuestas.
Viendo el tema de la infidelidad dentro de la cultura donde nos movemos, que nos forma para anhelar de nuestra pareja la “monogamia”. Pienso que si es nuestra pareja quien es infiel con nosotras, debemos amorosamente cantarles la canción que comparto: “otro amor vendrá”. Y si el tipo nuevo que se interesa por nosotras está comprometido. También a él decirle lo mismo: “otro amor vendrá”. Hagamos un boicot a la infidelidad.
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