En estos días de enero en que las propagandas de métodos para retomar la figura esbelta reemplazarán a las de las compras de juguetes, se me ocurre compartir un método para adelgazar, que como dicen es bueno, bonito, barato y además saludable.
Es muy común que en estos días de finales de año, nos ponemos reflexivos, hacemos revisiones del año, de nuestros sueños, de nuestras carencias quizás. He leído antes que es en estas fechas cuando se presentan el mayor número de infartos, ACV, e incluso si no me equivoco de suicidios, como consecuencias de los desordenes emocionales. Pero cuando los desordenes no son tan graves, entonces nos pasa que nos ponemos un tanto ansiosos, o demasiado relajados, influenciados por el ambiente de rumba y nos volcamos a los excesos de alcohol o de comida. Como consecuencia, en enero, abundan los quilos de más. Y como consecuencia también, para salvarnos de nuestros abusos, aparecen entonces las soluciones rápidas en el mercado: gotitas milagrosas, aparatos para hacer ejercicios en casa, gimnasios, bebidas adelgazantes, y etc, etc, etc.
Cuántas dietas en la vida probé yo, “víctima” de lo que cuento antes. Recuerdo hasta una sopa asquerosísima que era de repollo, había que comer sólo esa sopa durante una semana, al cuarto día ya casi vomitaba al sentir el olor de la sopa, y todavía hoy día me da asco recordarla. Lo peor es que hacía un esfuerzo tremendo limitándome de alimentos deliciosos y nunca logré tener el peso que deseaba (pueden leer mi experiencia con el tono de las actrices de procompra, jeje). De hecho cuento un secreto, me sentía tan frustrada que hasta le estaba empezando a tener rabia a las flacas. No podía comprender, cómo ellas podían comer helados y chocolates (porque las flacas comen helados y chocolates confírmenlo en un centro comercial) y yo no. Me da risa recordar lo frustrada que me sentía.
Entonces, libre hoy día de toda esa preocupación de no tener el peso que deseo, quiero compartir el método que encontré después de mucho tiempo. Desde hace ocho meses, estoy haciendo un plan que se llama, Plan de salud eterna, hablo de este plan en un escrito pasado que se llama “Voy a vivir 300 años, quien me acompaña”. Es un método de salud creado por el doctor Jesús Eslava, cuyo objetivo es tener salud en nuestro cuerpo mientras estemos con vida (por supuesto :=)), y además hacer nuestra vida longeva. El método se basa en tres aspectos para poder lograr la salud: control de las emociones, ejercicios controlados, y tener el peso mínimo. Me centraré en cómo alcanzar el peso mínimo, que es lo que me interesa ahora. El súper método que propone el doctor Eslava, es el más sencillo de todos. Se trata simplemente de comer la mitad de todo lo que antes consumías. Si te comes una empanada, comer media empanada. Si almuerzas un plato de sopa, medio plato de sopa. Si tomas una taza de café. Entonces media taza de café. Así con todo lo que uno consume sea líquido o sólido. A excepción del agua, que puedes tomarlo en las cantidades que desees. No hay limitaciones respecto a lo que comes, sino simplemente comer la mitad. Ni hay que matarse quemando calorías haciendo ejercicios duros, de hecho el doctor lo explica en su libro, si mal no recuerdo, dice que en el tema de adelgazar los ejercicios influyen como en un 30%, lo más importante es lo que consumimos, la cantidad que consumimos.
Yo estoy haciendo ese plan de salud como dije desde hace ocho meses, y logré bajar un kilo semanal (tenía diez kilos de más), y en los primeros dos meses adelgacé cinco kilos. Ya actualmente sólo me falta un par de kilos para alcanzar la meta que me sugiere el doctor, que tiene que ver con mi altura. Entonces, para mí, no fue necesario ejercicios duros y diversos, no fue necesario limitarme de nada (ya puedo comer helados y chocolates como las flacas que ya estaba odiando, jeje), no fue necesario gastar dinero en dietas, ni bebidas milagrosas ni en gimnasios. Además, lo más grato, es que estoy descubriendo un nuevo cuerpo. Los invito a la sencilla tarea de adelgazar con esfuerzo (porque hay que esforzarse para cambiar los hábitos) pero sin sufrimientos y sin ser víctimas del mercado. Bueno, sólo un detalle, la primera y segunda semana se siente hambre, por causas razonables, nuestro cuerpo está acostumbrado al exceso. Pero una vez pasan estas dos semanas, nos acostumbramos a comer lo que necesitamos, y no más. Nos acostumbramos a tener un cuerpo sano y a tener emociones sanas respecto a las flacas que también es importante, ji ji.
1 comentario:
Excelente tu interpretacion de la dieta de la mitad.Debes verte muy hermosa,porque la mejor vestimenta es el peso ideal. Un gran saludo.
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