jueves, 23 de diciembre de 2010

El despertar a lo infrahumano

Tengo un ser querido que siempre que se refiere a los trabajadores y trabajadoras les dice: “El proletariado”. Esto porque es un estudioso del Marxismo. En esa filosofía marxista, el proletariado es el trabajador explotado por la burguesía, que producto de ser parte de la clase social más baja, se ve obligado a vender su fuerza de trabajo por carecer de los medios de producción.
Quiero usar ese concepto, que en tiempos de Marx, llámese en los tiempos de 1800 y pico, se usaba para señalar la explotación del hombre por el hombre, para hacer una reflexión de cómo en estos tiempos,  ya no en los años miles sino en los dosmiles, sigue el hombre explotando al hombre y a la mujer. Horrorizada como estoy de tener a una amiga que trabaja en una tienda de un centro comercial tipo Moll, donde está obligada a trabajar desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, con media hora para comer, y la imposibilidad de sentarse a descansar unos minutos, pues “hay muchos clientes”. A este grupo de chicas las tienen tan vigiladas para que no se sienten a descansar que hasta en el baño tienen cámaras pues las más avispadas buscan la excusa de “ir a hacer pipi” para poder sentarse un rato. Mi amiga llega adolorida a su casa en las noches, los pies hinchados, adoloridos, e incluso con algunos morados cual si hubiese sido víctima de abuso.
Y termino diciendo esto. ¿No es acaso víctima de abuso?. ¿No se violan acaso sus derechos humanos? ¿Ganará ella lo suficiente para semejante esfuerzo?. ¿Y el dueño de la tienda, se esfuerza de igual manera?, ¿Recupera ella su fuerza de trabajo?, ¿Es valorado el abuso al que se somete su cuerpo en el trabajo?. Entonces como diría mi querido, ese es el esfuerzo que hace “el proletariado” para poder vivir en esta sociedad de orden injusto. Este tipo de injusticias en el trabajo, debe dejar de ser aceptado para empezar por los empleados y las empleadas. Todos los que nos enteremos de casos como este deberíamos de alguna manera hacer una protesta, apoyar a la gente que sufre este tipo de situaciones, donde se ve “obligada” a soportar este tipo de trabajos para mantenerse. Cuanto sueño con que un día, todos, como por una orden divina acordáramos apoyarnos, y defendernos cuando nos estén abusando. Que un día, así como en el relato de Saramago, donde un día de pronto todos comenzaron a padecer de una inexplicable ceguera, nosotros al contrario, padeciéramos de un inexplicable despertar.
La sociedad habrá mejorado cuando a todos nos deje de parecer normal la injusticia y el sufrimiento en nuestras vidas y la de los otros. Cuando reconozcamos aquello de nuestra cotidianidad que es infrahumano.

4 comentarios:

Alberto dijo...

Desde que el hombre es hombre siempre ha sido así. No solo en el trabajo, también cuando hablamos de clasismo, racismo, sexismo...y otros "ismos". Sobre el "despertar": para algunos incrédulos puede parecer imposible, para los que tienen miedo puede ser esperanzador,pero los soñadores si creen que esto pueda ser posible... esto y mucho más. Me alegra que te encuentres dentro de esta última categoría.

Feliz Navidad


PD: ¿cómo se llama tu libro?

Bertha Fréitez dijo...

Beto se llama, Memorias Develadas. Pensamiento y Lucha de María León. Pero aun no está publicado. Esta en proceso de edición.

Alberto dijo...

Ah bueno, avisame. Me gustaría leerlo.

Bertha Fréitez dijo...

Dale, con seguridad haré una notita compartiendo la noticia :=)

La alegría de Ser

"Si no hay alegría, fluidez o ligereza en lo que haces, eso no significa necesariamente que tengas que cambiar lo que haces. A veces basta con cambiar la manera de hacerlo. El "cómo" siempre es más importante que el "qué". Trata de conceder mucha más atención a lo que haces que al resultado que esperas obtener. Concede toda tu atención a lo que el momento te presente. Esto implica aceptar plenamente lo que es, porque no puedes conceder toda tu atención a algo y al mismo tiempo resistirte a ello...".

El Poder del Ahora. Eckhart Tolle.